domingo, 17 de marzo de 2013

La Gestión del Patrimonio

Aunque el patrimonio sea definido como los elementos que nuestro pasados nos heredan, tiene mucho que ver con la actualidad y temas y aspectos sociales de hoy en día. Según el autor, la gestión del patrimonio es el conjunto de acciones programadas con el objetivo de conseguir una optima conservación de los bienes patrimoniales. Vemos a la vez que este concepto incluye diferentes disciplinas que trabajando juntas logran un fin común. Es un concepto en la cual su lógica se  basa en las metodologías científicas y nos explica que el patrimonio tiene una solo finalidad, difundirse en procesos didácticas. Podemos lograr esta finalidad por medio de la investigación, protección, conservación y restauración como lo hemos visto en la lectura y en clase. Debemos seguir estos pasos para generar y conservar el patrimonio ya existente. Por medio de estos medio podremos identificar lo que tiene un valor patrimonial para las futuras generaciones y empezar a protegerlo desde ahorita. Debemos clasificar y analizar los elementos que puedan ser considerados patrimonio para tener la información necesaria para cuidarla y rescatarla. Los museos son actualmente el lugar en donde mas se le da importancia al patrimonio actualmente. Son las instituciones que mejor llevan acabo la tarea de la documentación, conservación y restauración del patrimonio. En el concepto de patrimonio se conocen diversas causas que provocan su destrucción. El autor nos expone una clasificación hecha por Réau donde se dividen entre “conscientes y no conscientes”. Las conscientes se deben a diversas cuestiones como los motivos morales, justificaciones estéticas, traslado de elementos del patrimonio entre países, museísmo o réplicas de los originales e higienismo o destrucciones de murales, entre otras. Por otro lado encontramos las causas no conscientes entre las cuales encontramos, el instinto brutal de destrucción como por ejemplo los bombardeos en las guerras, la codicia, envidia , superposición y fanatismos. Según la lectura, estos causas han sido materia de discusión por el Consejo Internacional de Museos (ICOM por sus siglas en ingles) para identificar los factores de agresión y tratar de evitarlos a través de medias de conservación. Por otro lado podemos afirmar que una adecuada cadena de gestión o cadena lógica evitaría una parte importante de las agresiones ya que generaría una conciencia y valoración del patrimonio de una manera directa. Debemos crear un inventario o un catalogo para explicar un poco lo que la documentación del patrimonio. La carta Internacional para la gestión del patrimonio arqueológico dice que esto es una relación de elementos del patrimonio que han sido reconocidos y seleccionados como tales y debe protegeré. Estos bienes culturales se deben documentar con una ficha y debemos describir las características, la época de la que es y sus valores estéticos de su valor patrimonial. Se debe incluir también una imagen del patrimonio. El concepto de conservación y restauración del patrimonio se entiende como acciones que están encaminadas a prolongar la vida de los objetos ante las agresiones. De acuerdo a Gabriel Alomar, el primer enemigo fundamental y origen de los restantes, es el abandono. Cuando un monumento queda abandonado, puede considerase como perdido. Tenemos que distinguir los conceptos de conservación y restauración. La finalidad del patrimonio es la difusión cultural. El autor la define como el conjunto de estrategias que se utilizan para hacerlo más comprensible y para que pueda ser conocido por un mayor numero de personas. Se trata de un acto de comunicación entre el patrimonio y el público. Esto debe llevarse a cabo no solo por las instituciones que dedican a esto sino a la gente que se enriquece día a día con el patrimonio. Se debe difundir para que gente del pueblo lo haga suyo y la gente que visita lo admire. 

jueves, 14 de marzo de 2013

Hipotesis: Urbanismo Y el Patrimonio Cultural


A nadie se le escapa que estamos en tiempos de crisis, de recortes y de muchas contradicciones entorno los proyectos relacionados con el patrimonio cultural. Durante este tiempo he visto de todo: decisión para tirar adelante un proyecto o, indecisión que al final lleva a parar y eliminar un proyecto. Des de mi punto de vista, la diferencia para tomar una decisión u otra está en creer, por parte de los promotores de los proyectos, en las potencialidades del patrimonio cultural y sobretodo en tener claro un concepto-guía: la función social del patrimonio cultural.

Creer o no creer, esa es la cuestión. ¿Cuales son los elementos que des de mi punto de vista diferencian unos proyectos de otros? Lanzo unos cuantos…

Legitimación del proyecto patrimonial. Es necesaria la identificación de la sociedad con un proyecto. Sin legitimación un proyecto no funciona, puede ser considerado como un “capricho”. Sigo las líneas trazadas por Iñaki Arrieta (1), quien creo ha definido de manera detallada el concepto legitimación del proyecto patrimonial… Al elaborar un proyecto patrimonial, consideramos pertinente que los promotores se pregunten acerca de su grado de legitimidad social y que reflexionen también acerca de los mecanismos que deberían establecer para que la vinculación y la participación vayan aumentando a medida que el proyecto se va desarrollando…”

Ciudadanía. Los ciudadanos son el eje central de cualquier proyecto patrimonial. Si el objetivo central de un proyecto es otro aspecto, no va a funcionar. La pregunta a realizarse en el momento inicial de proyectar debería ser: ¿En qué va a beneficiar este proyecto a los ciudadanos de “x” territorio? ¿Sobre cuantas dimensiones va a actuar? (como mínimo me centraría en: social, cultural, educativa y económica…).

Planificación. Como ya comentamos en un post anterior planificar es valorar, es conocimiento, es estudio de las realidades, es tener una visión global y transversal del territorio y sus potencialidades. Planificar significa realizar un uso coherente de los recursos destinados a un proyecto.

En definitiva, la diferencia entre creer o no en el patrimonio cultural no está en tener un recurso o recursos que explicar/divulgar/difundir. Quien más o quien menos tiene recursos. Creer en el patrimonio cultural implica tener la capacidad para analizar el entorno y actuar en función del conocimiento adquirido:

Entender que el recurso no es el centro del proyecto. El objetivo básico de todo proyecto patrimonial es generar beneficios a un conjunto de ciudadanos que creen que el trabajo sobre este elemento puede significar un factor de desarrollo.

Ser consciente que un proyecto patrimonial nunca se puede estimar a corto plazo. No por los aspectos económicos (que normalmente influyen de manera determinante), sino porque es necesario planificar, ir paso a paso. El objetivo no es inaugurar un continente con más o menos contenido. El objetivo es que el continente y el contenido, el día después de su inauguración, trabajen todas las dimensiones de la sociedad que acogió y legitimizó el proyecto

Creer en el patrimonio significa ir más allá del propio recurso. El reto está en dar respuesta a aquellas cuestiones propuestas por la propia ciudadanía, que al identificarse con un proyecto, espera que este revierta sobre ella de manera positiva.
Bajo el concepto “territorio” lo que encontramos son “personas”, “ciudadanos”. Hablar de dinamización territorial también implica poner en valor las dimensiones sociales, culturales y educativas. No olvidemos las personas, ya que son estas las que viven, disfrutan y se relacionan con su entorno (territorio = personas). El territorio no es tan solo un espacio geográfico, también es una construcción histórica y una práctica cultural. Por tanto es en el territorio donde se refleja claramente la identidad cultural de la comunidad o comunidades que lo sustenta. El territorio siempre es cultural.
¿Podemos gestionar el territorio cultural? Creo que podemos… es más, debemos. Posiblemente habrá gestores políticos o técnicos que no estén de acuerdo. Bajo mi punto de vista la gestión del Territorio Cultural debe realizarse a través de la identidad y espíritu de los territorios. De esta manera se podrá poner en valor, a través de políticas culturales planificadas, las dimensiones sociales, económicas y culturales. Es decir, proyectar acciones de desarrollo y mejora para las comunidades que sustentan el territorio cultural.
A modo de ejemplo, descubrir la identidad cultural de un territorio va a permitir planificar aspectos como:
El urbanismo: programando acciones urbanísticas que permiten un planeamiento urbanístico y de equipamientos a través de criterios y conocimientos previos en geología, arqueología, historia (urbanística, bibliográfica y documental) del sitio, los recursos materiales e inmateriales, la tradición, el folklore…
La educación y la cultura: promoviendo el conocimiento y la identificación de los ciudadanos con su territorio.
La economía: desarrollando planes de dinamización turística que incidan positivamente en la llegada de visitantes al territorio
En definitiva, necesitamos valorar el territorio como cultural. Siempre lo es. De lo contrario no se podrán diseñar políticas culturales de largo recorrido, coherentes e identificadas con el territorio, es decir, los ciudadanos.
¿Puede el concepto identidad cultural trasladarse al territorio? Cómo? El territorio no es tan solo un espacio geográfico, también es una construcción histórica y una práctica cultural. Por tanto es en el territorio donde se refleja claramente la identidad cultural de la comunidad que lo sustenta.
Además, hoy en día, no tan solo hemos de valorar los testimonios inmuebles que configuran la existencia y el carácter de los pueblos entorno el patrimonio arquitectónico, arqueológico e histórico y los asimila a sus procesos de creación. También es necesario valorar el patrimonio artístico como capacidad creativa y el patrimonio etnológico como reflejo de las formas de vida.
Bajo este prisma durante los últimas semanas he estado leyendo un artículo de Annete VielQuand souffle l’esprit des lieux(cuando se respira el espíritu del sitio). Es un texto muy conocido, pero no deja de sorprenderme. Explica que el territorio es un espacio vivo, con una historia que no esta fijada en el tiempo o el espacio y que evoluciona de manera natural o bien a partir de las acciones que se desarrollan. Por tanto el territorio es el reflejo de una época y un espejo de los valores de la sociedad que lo gestiona.
Si tratamos la identidad y el espíritu de un territorio podremos poner en valor su dimensión social, cultural y económica. Podremos por tanto proyectar acciones de desarrollo y mejora para las comunidades que sustentan en territorio y sus recursos, entre ellos el patrimonio cultural.
Si descubrimos la identidad y el espíritu del territorio podremos aportar beneficios a la comunidad que lo sustenta:
A través del urbanismo, programando acciones urbanísticas que permiten un planeamiento urbanístico y de equipamientos a través de criterios y conocimientos previos en geología, arqueología, historia (urbanística, bibliográfica y documental) del sitio, los recursos materiales e inmateriales, la tradición, el folklore…
A través de la educación y la cultura, promoviendo el conocimiento y la identificación de los ciudadanos con su territorio.
A nivel económico, desarrollando planes de dinamización turística que incidan positivamente en la llegada de visitantes al territorio.
Pero para conseguir esto es necesario fijar una mirada alternativa, responsable y coherente sobre el territorio, sus recursos y sus necesidades. Cada lugar, cada territorio es distinto y esto es una gran oportunidad, ya que permite establecer miradas calidoscópicas capaces de ofrecer soluciones creativas y novedosas.
En estos tiempos de crisis y de cambio en los modelos de desarrollo económico se habla mucho del potencial del patrimonio cultural como nuevo valor para el desarrollo social, cultural, educativo y económico de la ciudadanía. !Y es cierto! El patrimonio cultural tiene capacidad para generar modelos de desarrollo sostenible trabajando conjuntamente los recursos existentes en un territorio, la experiencia que pueden generar y la población local, es decir, la función social del patrimonio cultural. Pero esto es teoría, es necesario más que nunca convertirlo en realidad.
¿Cómo concretamos estos preceptos en el territorio y en beneficio de las comunidades que sustentan su patrimonio cultural?
Existen muchos municipios y regiones donde sus ciudadanos quieren utilizar estos recursos, pero no saben por donde empezar. Ante estos escenarios y desde mi punto de vista es necesario trabajar de manera proactiva y con capacidad para generar conocimiento y posibilidades. Este proceso lo denomino Plan Estratégico para la Activación del Patrimonio Cultural. La idea es clara, si activamos el patrimonio dándole una función y un sentido en la actualidad seremos capaces de crear acciones positivas, participando en las estrategias de ordenación del territorio y potenciando la cultura, el ocio y el turismo, es decir, construyendo dinamismo territorial.
Un Plan Estratégico para la Activación del Patrimonio Cultural presenta dos fases diferenciadas:
Fase I: Reconocimiento y diagnóstico del patrimonio cultural. Es el momento de establecer un estudio que permita distinguir y analizar los recursos patrimoniales existentes en el territorio. El estudio permitirá evaluar toda la información y establecer una diagnosis que se acompañe de un análisis.
Fase II: Plan de activación y actuaciones. Una vez obtenido el conocimiento real sobre el patrimonio cultural es necesario determinar los objetivos del futuro plan, descubrir cual es la identidad cultural del territorio y diseñar un conjunto de actuaciones políticas, urbanísticas, culturales, didácticas y turísticas que evidentemente los gestores técnicos y políticos del territorio habrán de seguir.
Es necesario plantear nuevas y creativas formas de entender el patrimonio cultural basadas en un conocimiento y evaluación inicial. De esta manera se pueden crear discursos territoriales que permitan trabajar sobre recursos patrimoniales de calidad, ofreciendo expectativas y experiencias a los usuarios (locales y visitantes) y consiguiendo beneficios para las poblaciones locales. A esto le llamo dinamización del territorio y se consigue desarrollando Planes Estratégicos de Activación del Patrimonio Cultural.
El patrimonio cultural presenta muchos valores. Lo podemos entender como una herramienta de desarrollo económico, social, cultural. O también como agente un agente integrador, puesto que participa transversalmente en las comunidades. Pero uno de los valores más claros y más importantes es su capacidad para fomentar identidades culturales. Es decir, el patrimonio cultural es un espacio de encuentro que promueve el conocimiento y la identificación de la ciudadanía con su territorio.
Hoy en día, los testimonios que configuran los bienes culturales explican la existencia y el carácter de los pueblos y asimila al patrimonio arquitectónico, arqueológico e histórico sus procesos de creación. El patrimonio artístico como capacidad creativa y el patrimonio etnológico como reflejo de las formas de vida.
¿Puede el concepto identidad cultural trasladarse al territorio? Cómo? El territorio no es tan solo un espacio geográfico, también es una construcción histórica y una práctica cultural. Los referentes identitarios de sus habitantes se pueden trasladar a través del urbanismo. Es sobre y en el territorio donde será necesario planear urbanísticamente, establecer criterios, proponer recursos, construir equipamientos…. Será en el territorio donde de reflejará claramente la identidad cultural.
Para ello el urbanismo debe ser responsable, dejando estándares a un lado, apostando por el conocimiento previo y por la particularidad de la identidad cultural. Identidad es particularidad, también en el urbanismo. Por tanto urbanismo debe conocer la geología, la arqueología, la historia (urbanística, bibliográfica, documental…), los recursos materiales e inmateriales, la tradición y el folkore. Y además ha de establecer estudios de viabilidad, ha preveer la sostenibilidad económica del proyecto urbanístico y finalmente priorizar un equilibrio en los usos.
Todo esto para crear espacios de identificación, tanto para propios como para ajenos, capaces de promover la función social del patrimonio cultural y por tanto generar oportunidades a nivel educativo, social, cultural y económico.

martes, 12 de marzo de 2013

El Patrimonio Definido



El patrimonio es lo que heredamos de nuestros antepasados. Puede ser tangible o intangible. Tangible son todos los elementos físicos e intangible podría ser el lenguaje, un canción o un poema. Pero un patrimonio puede ser una combinación colectiva de diversos elementos. Es una construcción cultural que puede tener muchos cambios a traves de la historia. Lo que esta construcción cultural logra es conectar y relacionar a los seres humanos del pasado con los seres humanos del presente con fin de dar un beneficio económico y de identidad. Trata de unir a las diferentes generaciones. Esta conexiones se logra pues los elementos duran por muchísimos anos.

Debido a que el patrimonio es tan extenso e incluye bienes tanto tangibles como intangibles. Se adapta a muchos cambios dependiendo de la evolución de la población y sus necesidades. La gestión patrimonial es el conjunto de actuaciones programadas con el objetivo de conseguir una optima conservación de los bienes patrimoniales y un uso de estos bienes patrimoniales y un uso de esto bienes adecuado a las exigencias sociales. Por los cambios mencionados de la evolución de la poblacion o progreso de la zona muchos elementos patrimoniales se encuentran en peligro de deterioro y mal uso.

Debemos considerar que los valores del patrimonio cultural son uso, forma y símbolo. Debemos analizar que necesidades concretas satisfacen un patrimonio para poderle dar un uso adecuado. Un ejemplo del uso en el patrimonio es un puente antiguo que se siga usando como puente. El semestre pasado vi un documental de una indígenas en Peru que cada cierto tiempo se reúnen para formar unos largos puentes hechos de soga natural. Es algo realmente asombroso. El proceso dura cuatro días y incluye hacer la soga de las plantas, amarrarlas de manera optima y hacer puentes. Los hacen para recordar a sus antepasados y sus formas de vida. El puente se usa para cruzar los abismos entre las montabas y se dejan colgados todo el ano hasta cambiarlo nuevamente el próximo ritual. Es realmente hermoso. El valor en un patrimonio se refiere a las características físicas y estéticas del elemento patrimonial. Y la representación y significado del elemento seria el ultimo punto a considerar debido a que la propiedad del objeto  histórico de servir de enlace real con el pasado le confiere en valor excepcional.
Un elemento puede adquirir varios de estos tres puntos importantes mencionados. Se debe documentar, conservar y restaurar un elemento cuando ya es definido como patrimonio cultural. El más grande problema que existe en la gestión patrimonial es la contextualización. Muchos elementos pierden la relación con su contexto original  por lo tanto tienen una perdida en valor y sentido. Esto puede ocurrir tanto en elementos que se mueven a otros lugares como los que permanecen en su lugar de origen. Esta pérdida de sentido frecuentemente aparece cuando transformamos los bienes patrimoniales en un objeto de consuma mas. Es obvio que existe una dimensión del patrimonio que tiene que ver con la economía y la generación  de recursos económicos, pero esta dimensión no debe de tener un carácter predominante. El patrimonio cultural lo forman valores únicos que tienen una importancia que no se puede reemplazar y que realmente van mucho más allá de lo económico y por lo tanto no tienen un precio.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Reflexión: La piedra Ausente

Documental por Sandra Rozental y Jesse Lerner

El documental que se nos presentó la última sesión es de mucho valor cultural para los mexicanos. Empieza ilustrando con animaciones de los sesentas la gran historia de la piedra de Tlaloc. Su origen y la búsqueda que emprendieron para encontrarla. Esta piedra es considerada como el grna ídolo Tlaloc. Nos describen como los habitantes de la comunidad de San Miguel Coatlinchán se expresan antes y después del despojo de este ídolo. El ídolo de Tlaloc vuelto vida en un monolito de la época prehipánica. El documental nos cuenta la gran historia del traslado de "la piedra ausente" al Distrito Federal en 1964.

Sabemos por lo esudiado en clase que el patrimonio cultural es muy importante para una población por muchas razones. En primer lugar víncula a la gente con su historia. Vemos en el documental que la gente del poblado tenía la tendencia de salir en busca de artefactos que hablaran de su pasado. Esta es una costumbre que fué pasada de generación en generación como nos explica una joven que su madre le enseño a siempre ver el piso en busca de artefactos. Estos artefactos crean muchas preguntas: ¿ por qué hicieron esto? ¿Quién lo hizo? ¿ Cómo era la persona que lo hizo? Esto crea un valor simbólico de identidad a las personas del pueblo y nos ayuda a comprenderlas más.

Cuando hacemos un acercamiento vemos que esto nos dirige hacia un conocimiento tanto filosófico como espiritual. Por ello se considera también como patrimonio no solo "la piedra ausente" sino también lo que representa. Tlaloc es el nombre del espíritu o ser elemental de la lluvia y de la tierra. El dios de la vida y la fertilidad. Por las enseñanzas de sus padres, los habitantes de San Miguel Coatlinchán consideran una herencia esta piedra y por ello un gran respeto y amor hacia esta misma. Por esto mismo la gente reacciona de la manera que lo hizo cuando se trajo la piedra a la ciudad capital.

¿Por qué nos van a privar de algo que por herencia nos pertenece? Los hombres ebrios manipulados por las mente femeninas que susurran tras ellos: no dejen que se lleven lo nuestro, atuán en violencia. Dañan hasta el punto de la destrucción el camión diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vásquez, gran influencia en este proyecto, que era de llevar la piedra a la ciudad de México para la admiración de todos. Es entonces cuando el arquitecto va personalmente al poblado para platicarle a los violentos protestantes habitantes de San Miguel Coatlinchán.

Aquí vemos en el documental algo muy importante sobre el patrimonio cultural. El patrimonio cultural debe unir a la gente. Debe por medio de ese amor a lo nuestro crear fraternidad entre nosotros, no violencia. Se explica que en la ciudad capital habrá mucho mas orgullo para los mexicanos pues se conocerá por muchos más mexicanos. Aquí es cuando el pueblo recapacita y acepta el traslado de la piedra.

El patrimonio nos platica sobre una experiencia humana y sus aspiraciones y debe compartirse esta experiencia a las demás personas. Después de una larga batalla esto es lo que por fin logra la gran piedra ausente. A pesar de una triste depedida, une al pueblo cada año para celebrar la partida de Tlaloc. A su vez la piedra de Tlaloc deleita a miles de personas con su presencia en el museo de antropología. De esta manera vemos como el patrimonio cultural con grna fuerza une a las personas e enorgullece a sus herederos con su valor cultural.